A través de una cooperativa, emprendedores de Río Negro y Neuquén encontraron una alternativa a las peras y manzanas. Cultivan, muelen y destilan para obtener especies y aceites esenciales.

La cooperativa cuenta con 12 productores y también ofrece sus servicios a otros emprendedores que no están asociados.  - Neuquén > Hace ocho años un grupo de productores comenzó a implementar el cultivo de orégano como una alternativa adicional a las tradicionales peras y manzanas de la región. Ese proyecto inicial, conformado en asociación, derivó luego en una cooperativa que hoy desarrolla numerosas hierbas aromáticas, a partir de las cuales se elaboran especies trituradas o finamente molidas, como así también aceites esenciales.
“Hierbas” y “Aromas del Alto Valle” es el nombre comercial con el que actualmente se conoce a estos productos artesanales y de calidad para uso culinario y medicinal.
“No había antecedentes de esto, sólo una experiencia chica en Neuquén. Por eso se empezó a experimentar y a adaptar tecnología de provincias como Mendoza y San Juan para trabajarla acá”, explicó María Laura Berzins, ingeniera agrónoma, asesora técnica y socia de esta cooperativa que se inició y tiene sede en Río Negro, pero que también involucra a Neuquén.
“Siempre fue un proyecto que contó con asistencia técnica del Crear (una agencia de desarrollo económico del gobierno rionegrino), con financiamiento del CFI y desde el INTA acompañando al productor en este proceso. Inicialmente en 2004 el asesoramiento era del CFI”, contó Berzins.
“Después se fueron generando distintos proyectos de apoyo económico para la compra de maquinarias, porque al ser una actividad de diversificación no existían acá las herramientas para poder moler las hierbas. A través de la Municipalidad de Cipolletti se compró una máquina envasadora, se armó un galpón de procesado con apoyo del municipio de Fernández Oro, con un lugar en comodato y un subsidio. Y después, con un financiamiento del Ministerio de Desarrollo de Nación, se compraron las máquinas procesadoras”, precisó la ingeniera agrónoma, quien aclaró que “los financiamientos han sido para compras de maquinarias de uso comunitario, no pertenecen a ningún productor sino inicialmente a la asociación de productores que se conformó y que ahora se transformó en una cooperativa”.
Berzins narró que “el proyecto inicial era para comercialización a granel, que comenzó con el orégano y que se vendía a acopiadores. A lo largo del tiempo se fue viendo que la rentabilidad era baja, entonces se le dio un valor agregado con el fraccionado, evitando intermediarios”. Luego se hizo lo mismo con los aceites esenciales que se elaboran a través destiladores.
“El que compra esto valora la calidad del producto, que es regional, patagónico, elaborado por pequeños productores con normas de calidad establecidas por la cooperativa, con un secado natural que concentra los aromas. Tienen mucho color, el costo es un poco mayor, pero lo vale”, aseguró.

Proyecto regional
Si bien funciona desde Río Negro, de hecho la cooperativa tiene 12 socios todos de esa provincia, hay 10 productores de Neuquén que trabajan relacionados a esta. El modo de funcionar es a partir de que cada productor cultiva sus propios plantines y  cuenta con el asesoramiento técnico de la cooperativa. Cuando llega el momento de la cosecha, las hierbas se secan en cada predio (la mayoría son chicos) y cuando llega el momento de procesar se hace el contacto y se pide turno en Fernández Oro. “El productor puede asociarse o pagar el servicio de molienda o de destilado de la cooperativa”, precisó Berzins. Las ventajas de estar asociado es que se tiene la posibilidad de participar de capacitaciones, asesoramiento técnico o utilizar la marca. Además, si bien el servicio siempre se paga, al ser socio abona la mitad de precio.
FUENTE: LA MAÑANA DE NEUQUÉN
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